domingo, septiembre 02, 2007

La hermanita de mi mejor amigo

Quiero empezar comentando la naturaleza de la amistad que me unía a mi amigo gregorio, y a dios gracias todavía lo hace.

Amigos desde hace 15 años, nuestras casas distan a pocas cuadras, estudiamos juntos en sucre, aunque distintas carreras; gregorio es el otro inquilino del relato “mi dueña de casa”, y el que estuviéramos solos en esa ciudad profundizó aún mas nuestro lazo de amistad.

Cuando llegaban las vacaciones retornábamos a casa y en ese ínterin nos veíamos con frecuencia para ir de joda y todo eso. siempre fui bien recibido en su casa y él en la mía, muchas de las incontables veces que fui a buscarlo, durante nuestras vacaciones, me atendía su hermanita melisa, pero debo reconocer que ni me llamaba la atención por dos razones: primero, gregorio es el mayor y melisa es la cuarta, o sea que la diferencia de edades era relativamente amplia, es decir era mucho muy joven para mi, y segundo (tal vez la razón más importante) era la hermanita de mi mejor amigo.

Los años pasaban, la joven crecía, así como los cuidados y de la familia de gregorio y principalmente los celos de este último. la verdad no había advertido lo agraciada que estaba la joven, y fue precisamente mi amigo gregorio quien me lo hizo notar al mencionar que la rondaban algunos gavilanes; pero al poco tiempo lo que realmente me cayó como un balde de agua fría fue cuando gregorio me relató sumido en la mas grande tristeza y desazón (mientras compartíamos unos tragos) que nuestra pequeña melisa, que aunque su familia y yo no lo quisiéramos, se había convertido en mujercita, es decir, alguien (sabe dios quien) le había arrebatado la inocencia llevándose consigo su virtud, al menos eso aseguraba gregorio. el había llegado a esa conclusión debido a que melisa había mostrado cambios radicales en su comportamiento, algo propio de los adolescentes, pero lo grave en ella fue su cambio actitud en general, ya saben, rebeldes sin causa y sabelotodos como ellos solos y sin mencionar el nuevo círculo de amistades que tenía nuestra adorada princesita (un puñado de adolescentes irresponsables, es decir, sus iguales), ocasionalmente llegando a casa con algunas o muchas copas de trago encima. pero estos cambios vinieron, estuvieron, hicieron lo suyo y se fueron dejando tras de sí una joven convertida en mujer de manera prematura.

Ella ahora procuraba mostrarse mas segura, mas mujer y menos chica, en síntesis hacia todos los esfuerzos para sacar a relucir su pseudo madurez, pero era inútil, su frágil cuerpecito no marchaba al ritmo de su mentalidad o al menos de sus planes, y para colmo de males la naturaleza habría de ser poco generosa con ella: chiquilla delgada, de caderas estrechas pero con cola redondeada y senos pequeños que más parecían dos medios limones, el día de la repartición de tetas melisa de seguro se había quedado en casa, pese a todo esta chica tenia lo suyo.

Cuando gregorio concluyó sus estudios su familia entera fue a sucre para el acto de graduación, melisa lucia mas crecidita, en todo sentido, incluso se atrevió de lanzarme unas miradas insinuantes que preferí eludir al encontrarme rodeado de toda su familia mientras compartíamos en un restaurante, fue muy difícil para mi disimular los insistentes coqueteos de esa picara chica, pero lo logre, muy a pesar mío no paso absolutamente nada.

Unos meses mas tarde volví a casa pero mi amigo gregorio estaba en otra ciudad realizando su internado, aunque yo había pensado en llamar a melisa en algún momento con el pretexto de preguntar por su hermano preferí no hacerlo, sin embargo y por casualidad me la encontré justo en la puerta de mi casa mientras salía ella pasaba con sus amigas, se detuvo para hablar conmigo por cerca de media hora, claro que sus amigas que la esperaban en la esquina se aburrieron y se fueron sin ella. yo la acusaba, aunque solo en broma, de andar por ahí luciéndose para que los muchachos la molestaran, ella lo negaba sonriendo pero mirándome fijamente a los ojos; entonces prácticamente le ordene que fuera de inmediato a su casa y que la llamaría en 10 minutos para continuar hablando ya que no lo veía apropiado que una muchacha esté fuera de su casa, melisa se fue casi a la carrera, aún no entiendo por que obedeció mi orden, o al menos eso pareció en ese momento. pasaron 5 minutos y llamé a su casa y me respondió al primer timbre, yo sarcásticamente la felicité por ser tan buena chica a lo que ella acordó conmigo serlo, acto seguido le ordené a mi chica se diera un baño y se cambiara porque deseaba verla a las 7:00 p.m. en el parque ubicado en la esquina de mi casa (en ese momento era aproximadamente las 5:20 p.m.), ella aceptó sin chistar, la felicité una vez mas por lo obediente que era y nos despedimos.

Yo había olvidado la cita, cuando me percaté de la hora eran las 7:15 salí hasta la esquina de mi casa y miré hacia la banca en la que supuestamente nos encontraríamos, pero estaba vacía así que volví a casa, quise llamarla pero no lo hice. 15 minutos mas tarde fui nuevamente hasta la esquina y nuestra banca estaba aún vacía, regresaba a casa una vez mas pero algo me hizo volver la mirada atrás y mire alrededor, ella estaba sentada en otra banca y me miraba fijamente con una sonrisa en el rostro, propio de los niños que acaban de ser descubiertos cometiendo alguna travesura, me acerque y le di un beso suave en la mejilla y conversamos no se ni de que cosas por unos momentos, entonces súbitamente me puse de pie y tomándola de la mano la llevé conmigo sin rumbo, para sorpresa mía me siguió sin resistirse. caminamos algunas cuadras hablando de todo y nada y entonces nos detuvimos en una esquina poco iluminada, y ante sus reiteradas preguntas de que a donde la llevaba yo respondí que quería estar a solas con ella, irónicamente caminábamos en dirección opuesta a donde en realidad la quería llevar, mi casa, pero lo que si deseaba hacer era …. (callé y la besé), está demás decir que correspondió a mi beso con entusiasmo, que bien besaba la nena, realmente fue una grata sorpresa. la tomé de la cintura y la atraje hacia mi con fuerza para sentir su cuerpo y para que ella sintiera el mío, dio buen resultado, le gustó, entonces sin pérdida de tiempo la tome de la mano y la llevé directo a mi casa; cuando me preguntó que a donde íbamos le respondí con firmeza “a mi casa”, pero aclarándole que era porque quería ponerme algo encima y porque tenía deseos de entrar al baño, aunque accedió en el fondo sabía a que se estaba exponiendo.

Llegamos y entramos en mi casa, la conduje a mi habitación con la mas absoluta tranquilidad de mi parte, porque ella se meaba de miedo, la dejé por un minuto para ir al baño tal como le había dicho (mas por cumplir con mi palabra que por necesidad). a mi vuelta ella estaba de pie junto al televisor, me acerque y nos besamos intensamente, un minuto mas tarde yo tenía mis manos amasando su pequeño pero redondeado culito, al siguiente mis ágiles manos le quitaban la chompa y la blusa mientras ella solo decía “no”, pero era un no que mas parecía una invitación a proseguir que a detenerse. aun de pie le bajé el cierre del pantalón y metí mi mano dentro, ahí en medio de sus piernitas, era extraño, aunque sentía a melisa muy excitada su sapito estaba todavía seco, pero ni que hacer, proseguí como siguiendo un plan de ejecución previamente establecido. hice que se sentara en mi cama para quitarle los zapatos y el pantalón, pero para facilitarme la tarea ella se recostó en la cama quedando en ropa interior y calcetines, me miraba con relativa calma, su mirada sugería que eso era precisamente lo que ella buscaba, si existía un plan, parecía ser el de ella el que se estaba ejecutando, al menos momentos después pude darme cuenta de que deseaba ser ella quien manejara la situación.

Acostada en la cama con las piernas semicruzadas como queriendo esconder su “cosita” me miraba fijamente mientras yo me quitaba la ropa hasta quedar totalmente desnudo. me acerque a ella con lentitud, acostándome a su lado nos besamos apasionadamente, y comenzamos con las caricias, melisa no mostraba nerviosismo ante mis caricias, eso si se mostró muy firme al no me permitirme quitarle el corpiño, aunque no me lo dijo seguro estoy de que le apenaba tener los senos tan pequeños, al decir pequeños quiero decir realmente diminutos, no insistí y me concentré en el resto de su cuerpito, deslice una vez más mi mano dentro de sus bragas y recorrí su ranurita con mi dedo medio una y otra vez pero sin introducírcelo, lo tenía suave y pequeño como todo en ella, pronto esas caricias hicieron el efecto esperado, comenzó a calentarse y humedecerse desprendiendo ese aroma característico pero delicioso de una concha a punto. de a poco ella se excitada mas y aunque hasta ese entonces solo me abrazaba mientras nos besábamos no se contuvo los deseos y bajó la mano para agarrar de una mi verga que aun no estaba parado por completo, hizo un buen trabajo al masajear y pajearme con suavidad ya que no tardo mucho en lograr que mi pija se endurezca al máximo, entonces me levanté y me puse de rodillas al tiempo en que tomaba sus piernas y la ponía en mis hombros para poder quitarle las bragas, lo hice con calma y aprovechando que me encontraba en muy buena posición decidí penetrarla en esa pose, melisa al percatarse de mis intenciones de metérsela patas al hombro solo atinó a mirarme con los ojos desorbitados pero no se resistió en lo mas mínimo, ahí pude darme cuenta de que la chica que me estaba entregando su conchita en tan excitante posición y en la “primera cita” ya había adquirido experiencia como el que mas.

Me acomodé lo mejor posible, tomé mi verga y con movimientos de arriba hacia abajo la frotaba en su cochito para separar sus labios y prepararla para la arremetida, cuando mi vara estuvo colocada en el camino exacto empujé con firmeza introduciendo mi herramienta en aquel calido y todavía muy estrecho canal, se la metí hasta el fondo, no de golpe, pero si de una aunque con calma; ella solo gimió suavemente, cerro los ojos y colocó las palmas de sus manos en mi pecho como queriendo detener inútilmente la embestida, cuando ya toda mi verga hubo entrado en ella, solo estiró los brazos a los costados disfrutando mis posteriores embates que aumentaban cada vez mas en fuerza y rapidez, pero ella me pidió que lo hiciera con lentitud, me sorprendió un poco su petición pero la complací para que ella lo hiciera después.

El vaivén continuaba su ritmo parsimonioso y mi chica de a poco abrió sus piernas para proseguir en la posición del misionero, así continuamos hasta que percibió que me vendría pronto, así que me alejo de si y prácticamente me ordenó cambiar, joder la alumna revelándose al maestro?, me dije, pero accedí sin mas vueltas, movido mas por la curiosidad de saber lo que tenía en mente que otra cosa, así que solo cooperé. melisa, luego de hacer que me recueste de espaldas, se tomó su tiempo para observarme, o mejor dicho examinarme, parecía la doctora auscultando al paciente, con sus manos recorrió mi cuerpo e hizo una parada en mi pubis para juguetear un poco con mi herramienta, me pajeó lentamente al tiempo que apretaba con fuerza mi verga que ahora estaba más dura que al principio. se montó sobre mi, tomo con su mano mi vara y se la acomodó directo en su raja, y cuando estuvo en el camino correcto apoyo sus manos en mis hombros y se sentó muy calmadamente, mi verga entró totalmente dentro su chupila y ella solo se quedó ahí quieta como viviendo la experiencia en otro plano o nivel astral o una joda de esas, eso si se podía percibir con claridad las contracciones que ella, o mejor dicho su concha hacia, que sensación tan interesante me produce incluso hoy al recordar; subía con calma como calculando de que mi verga no se salga de su concha por completo, pero se sentaba con fuerza dejando caer todo su peso. esa combinación de movimientos lentos con otros súbitos eran los que marcaban su ritmo, así que no demoró nada en venirse, lo se por las marcas de uñas que me dejo en los hombros, ahora era yo el que deseaba terminar porque ya estaba cerca, pero la muy pendeja prefería descansar, eso no. así que la tomé casi por la fuerza de las caderas poniéndola de cuatro patas y sin mas se la metí, esta vez toco fondo, se quejo de dolor pero yo no la soltaba, ella trataba en vano de separarse repitiendo en tono lloroso “pará, pará por favor”, era inútil, yo la tenia rodeada de la cintura con mi brazo, esa imagen me recuerda a los perros cuando están cogiendo, la hembra trata de escabullirse y el macho que termina sometiéndola, en fin, esa situación matizada de violencia me excitaba aun mas. no tengo por costumbre utilizar condón, prefiero terminar fuera de existir riesgo de embarazo, pero en esta ocasión y pese a las súplicas de melisa de detenerme y de no terminar dentro, me valió un poroto, cagándome en todos los peligros y consecuencias posibles me vine donde quise, al descargar mi leche en esa conchita pequeña sentí mi cuerpo ser despojado de la energía que mantiene unidas las piezas del mismo. luego de unos instantes, al tiempo de liberar mi presa caí en la cama casi sin fuerzas.

Ella tomó unos pañuelos desechables para limpiarse la leche que le brotaba de la rana como de un manantial y se recostó a mi lado abrazándome, nos besamos con cierta ternura y luego con una pregunta me regresó a la realidad: por que terminaste dentro?, carajo, me reproché, pero al ver la expresión de su rostro pude adivinar que no había peligro. en efecto, ella no deseaba que terminara dentro porque le mancharía la bombachita con semen, y me contó además que sus papás estaban muy susceptibles a que ella haya iniciado su vida sexual, tanto así, que sorprendió a su mamá examinando su ropa interior (del cesto de la ropa sucia), me pareció sincera y le creí a ciegas, talvez porque inconscientemente eso era lo que mas me convenía.

Continuamos con los arrumacos y una vez más estábamos culeando echados de lado, la impulsaba por la cola donde mi mano a la par que apretaba su pequeño glúteo le acariciaba el perineo y a momentos su ano, humedeciéndolo con los fluidos que continuaban saliendo se esa rica concha. mi intención no era otra que la de prepararla para partirle el culo, ella al presentirlo se levanto de sobresalto y argumentando que la matarían en casa, por la hora, ya que debía estar de vuelta a las 9:00 y eran casi las 10:00, se vistió con prisa, yo permanecía en pelotas y sentado en la cama con la mirada suplicante de terminar la segunda pasada que habíamos iniciado, xime se acerco y me pidió me cambiara para acompañarla por lo menos un par de calles, al no obtener respuesta se puso de rodillas, tomo mi verga que ya estaba poniéndose un poco flácida, me pajeo un poco y se la metió en la boca, me la chupó como casi una profesional y luego dijo: "ya pues, date prisa" me miró a los ojos y agregó dulcemente "otro día, porfa", ni que hacerle, accedí una vez mas.

La acompañe hasta la esquina de su casa donde mientras tomábamos una soda apareció uno de sus hermanos, me saludo, y reprochó a su hermanita que sus papás la esperaban, xime se despidió a prisa y se fue, pero al hacerlo me susurró al oído "te llamo", yo solo le enseñé mi pulgar en señal de acuerdo.