domingo, diciembre 17, 2006

Cazador de sensaciones.

Una vez que salí del ascensor y me enfrenté a la calle, entré de lleno al espectáculo de la gran ciudad.

Mi ciudad…la ciudad de mis tristezas y de mis triunfos.

Es un choque frontal, como siempre, como todos los días.

Un sin número de ruidos se mezclan en la calle: los claxons de los autos, los gritos de los vendedores obligados a sobrevivir a costa de la credulidad de los paseantes, los sonidos altisonantes de los "stereos" que anuncian música, el pito de los vigilantes de tránsito airados y stresados por la osadía de los conductores ,y… arropando el ambiente, dándole un oscuro colorido y un aire irrespirable, el humo de los autobuses, móviles chimeneas repletas de gente malhumorada, airada, agitada, la cual depositan en todas partes, sin previo aviso, sin control atravesando la calle, en las paradas o donde el humor del chofer se digne soltar su humana carga.

Pero creo que antes de seguir con mi ciudad, permítanme presentarme:

Soy un joven en sus medianos veintes, ansioso, ilusionado, ávido y absolutamente receptivo con todas las experiencias diferentes de la vida.

Parezco mucho menor, debido a mi tez clara y ausencia de barba y bigote, amén de cierto color sonrosado que campea en mis mejillas muy de vez en cuando…

Visto chaqueta de paño, camisa blanca de puños y cuello impecables a esta hora ( no lo estarán en la tarde), corbata corta , pantalón planchado con raya por el frente (tampoco estará así al acostarme), zapatos lustrados y brillantes que tal vez resistan la jornada sin mancharse y un detalle que delata mi oficio en la mano derecha: un maletín ejecutivo.

No, no soy un ejecutivo…quisiera serlo, en realidad…para mis adentros me autodesigno coordinador de correspondencia, pero en mi sobre de pago aparece quincenalmente una cifra ridícula y un cargo despectivo: mensajero.

Eso soy, mensajero de una firma importante inmobiliaria, me encargo de depositar a los clientes el producto de sus propiedades , de llevar y traer toda clase de correspondencia y cada minuto de mi tiempo está cuidadosamente calculado.

Debo ser un malabarista, un ciclón, un genio conociendo calles, atajos y rutas de autobús…y lo soy.

Conozco mi ciudad…palmo a palmo y no es poco.es una gran ciudad. admiro sus avenidas enormes, amplias, sus modernos barrios residenciales a los que a veces he recorrido palmo a palmo, durante horas, buscando una dirección con mi bolsillo y estómago vacíos mientras el lujo de sus mansiones me golpea el inconsciente y me hace sentir el maletín pesado, enorme, intransportable.

Y conozco sus peores calles, donde la basura esconde despojos humanos, donde en los portales de sus sucias casas se ofrecen las meretrices viejas, maquilladas, patéticas , donde en el interior de las pensiones conviven el tahúr callejero con el ladrón que roba y corre, donde el incauto cliente se despierta drogado, desnudo, y arruinado, donde he sido atraído por transformistas, putas y maricos con ofertas increíbles…

Soy un espectador constante en el espectáculo de mi gran ciudad, y puedo ser protagonista además…las funciones no tienen hora de comienzo y mucho menos de cierre, y para mayor estímulo y disfrute son gratis, absolutamente gratis!

Mi mente es una esponja…maravillada absorbe lo que observa y cuidadosamente lo clasifica, lo analiza y lo guarda presta a utilizar los datos o por lo menos a recordarlos.

Yo amo mi ciudad.

La amo de día y la quiero y deseo de noche.

De noche, es diferente.

Es más deseable, como una bella y seductora mujer, iluminada maquillada y apetecible.

Cúantas veces he recorrido sus avenidas donde las luces de neón parpadean y entre destellos y sombras se delatan parejas besándose en los portales de los hoteles, donde bajando de lujosos carros, bellas mujeres son conducidas, primero a exquisitas cenas y luego a calurosos lechos por poderosos galanes, donde el ruido de la música y la alegre gritería de las discotecas atrapan sin remedio al caminante, donde las mujeres contoneándose y exhibiéndose caminan provocando suspiros, deseos, y envidia, donde las entradas de los cines atraen los espectadores de otro espectáculo, la vida de los sueños,.. la lealtad, el honor, la valentía, el coraje y el amor…para terminar , al salir, chocando con la dura realidad, con el espectáculo de la vida y de la gran ciudad.

Volviendo a mí…no puede decirse que me disguste mi trabajo…exceptuando los momentos que debo vivir en la oficina, obedeciendo cumplidamente las ordenanzas de mi jefe, preparando mis actividades diarias y al regresar reportándolas, anhelo el momento en que el ascensor me escupa hasta la calle.

Mi vida está en las calles…

Podría decirse que soy atípico…en realidad me siento atípico…soy un cazador de sensaciones.



sensaciones diferentes, sensaciones que anhelo, que busco, que he vivido y que necesito vivir.



me encantan las mujeres…las admiro, las adoro, las observo, las deseo pero nunca las entiendo…



a mi edad, muchas oportunidades se presentan en la vía…aunque soy tímido e indeciso podría llenar bastantes páginas con mis vivencias al respecto.



y lo trato de hacer todos los días…nuevas vivencias, nuevas sensaciones.



descubrí mi gusto por lo prohibido de una manera casual…y desde entonces, ávido y decidido no pierdo oportunidad.



no sé porqué estoy pensando en todo esto…al pasar por la plaza , observo el reloj infalible de la catedral, el círculo de gente alrededor del charlatán de turno, gente desocupada, curiosa, manejable…me tropieza un vendedor de lotería y me salen al paso dos lustrabotas…



creo que sí, necesito un lustrabotas…y unos minutos de reflexión.



los consigo a ambos sentándome en un banco de esta bulliciosa plaza, enorme plaza con palomas por centenares, y la fauna humana más diversa y disparatada.



recuerdo que…



fue un día normal, un día entre semana…



el autobús, repleto como de costumbre frenó ruidosamente lanzando hacia delante los pasajeros que medio se sostenían de las barras del techo y casi colgando, apretando mi maletín con una mano y con la otra la barra cercana a la puerta, logré encontrar un pequeño espacio antes de que arrancara raudamente, con su racimo humano colgando entre los que se destacaban un señor de anteojos e incipiente calva, una gorda y sudorosa matrona y este humilde servidor.



cuatro frenazos y 20 calles más tarde, estaba instalado luego de la máquina registradora, asido al tubo del techo, cerca del chofer, donde el panorama podía ser completamente contemplado.



reconocí varias colonias, fragancias exquisitas y también olores peculiares…pero entre todos, el perfume de las damas, la esencia femenina que me atrae, el pelo sedoso y peinado de una, la corta y vistosa falda de la otra, los protuberantes senos de la tercera, la cháchara alegre y desinhibida de las colegiales, con sus cortos uniformes, sus movimientos rápidos y calculados, sus miradas de reojo, mezcladas todas entre la diversidad de especímenes que subiendo y bajando, desfilaban ante mi mirada.



así, aprovechando el tumulto y los frenazos, talvez en complicidad con el chofer, los carteristas se afanaban por aligerar a los desprevenidos sin demasiados aspavientos, a veces retando con la mirada, con una patibularia y encendida mirada a los que notaban sus torcidos movimientos, concentrándose especialmente en las carteras de las damas.



muchos viajantes sentados estaban leyendo.



siempre me ha maravillado ver tantas personas tratando de seguir con sus ojos la lectura , a pesar de los violentos brincos y cabriolas, las vueltas y frenazos.



pero imperturbablemente, la lectura continúa..tal vez el mundo al que transporta es mucho más excitante que este, tal vez la necesidad de responder algún examen, o simplemente de informarse, supere este obstáculo o mejor, lo minimice.



el contador de anteojos consiguió un puesto, duramente disputado con la culona y sudorosa matrona,que, sin la menor caballerosidad fue empujada hacia el remolino de la puerta trasera.



y yo, continué agarrado al tubo, en mi observación constante, sabiendo que poco a poco estaba llegando a mi destino.



conozco tanto mi ciudad, que no necesito ver toda la calle, sólo atisbar ciertas señales e indudablemente sabré dónde me encuentro.



y cosa rara, algo me hizo observar la dama de los senos grandes, sentada en un asiento cerca del pasillo, con un no se qué en la mirada, rápida mirada dirigida a mí y….será verdad? al bulto entre mis pantalones.



tal vez lo imaginé, tal vez sí sucedió…no lo sé.



algo me hizo pararme frente a ella y otra vez, creí ver una pequeña sonrisa en la comisura de sus labios.



sólo eso bastó para que mi pene se levantara atento a las señales…y, al estar frente a ella, muy cerca de sus senos.



no fue intencional, pero en un empujón, o sacudida, entró mi polla en contacto con sus duras tetas y un estremecimiento sacudió mi cuerpo.



una nueva sensación me recorrió la espalda y un inusitado placer, hasta ahora desconocido se profundizó en mi conciencia, apoderándose de mis sensaciones.



no era muy bella, es la verdad..pero sí tenía un no se qué…



a lo mejor, igual que yo, necesitaba una excitación en ese momento y tal vez, proviniendo de mí, la estaba aceptando.



cada vez que alguien pasaba por mi espalda, o bruscamente el autobús tomaba alguna curva, mi pene gloriosamente tomaba contacto con sus bellas tetas, ansioso, expectante y emocionado.



no hubo rechazo en su actitud,,, ahora pienso que, al contrario.



supe que ya desde hacía algún rato,había sobrepasado mi destino.pero en este momento, no me importaba.



las chicas del colegio aún sostenían su conversación y sus miradas, los lectores continuaban enfrascados en sus temas, la culona y sudorosa señora por fín había conseguido un puesto : la mitad sobre el asiento y la mitad sobre un caballero en sus cuarenta vestido de vigilante…



y aún sentía los aromas y perfumes..la mezcla variada, y los sudores…y el perfume de mi enigmática y tetona compañera.



allí seguí, un largo rato, a pesar de haberse bajado gran parte de la carga humana, entre ellos los carteristas, que no encontraban suelo fértil en un autobús medio repleto.



aspiré su perfume por milésima vez, un aroma de mujer, de hembra, mayor que yo por varios años, y, ya descaradamente, sin tapujos, apreté mi verga entre sus tetas, tapándo cuidadosamente con el maletín el espectáculo.



sentí que su respiración se hacía entrecortada y pude observar un hilillo de sudor sobre sus labios, y algo curioso, un rubor bello apareció en su rostro.



esos minutos silenciosos, expectantes, minutos en que el mundo desaparece y sólo los sentidos se agudizan, minutos en que solo dos personas ajenas entre sí, al azar y en medio del tumulto se entrelazan, fueron para mí inolvidables y el inicio de una insaciable sed de sensaciones.



ya mi miembro no aguantaba más…y la presión sobre las tetas era insostenible…pero en ese momento, el serio y respetuoso ocupante del asiento cercano a la ventana, cerró el periiódico, guardó sus lentes y se dispuso a buscar la salida trasera, dejando el asiento vacío, asiento que pasó a ocupar mi enigmática señora.



no nos hablamos una palabra…sentí su excitación y a pesar de mi juventud e inexperiencia, pude percibir su agrado y complacencia.



coloqué el maletín sobre mis piernas y ahora sí, pude distinguir la parte visible de las suyas.



llevaba un suéter ajustadísimo en la parte superior, con sus desafiantes y erectas tetas como mejor presentación y una falda no muy corta, sobre unas medias de malla, malla oscura y de pequeños cuadritos, rodillas redonditas, y zapatos de tacón alto para completar su vestimenta.



miraba hacia la ventana, aparentando indiferencia, mientras su respiración volvía a la normalidad…pero no le dí demasiada oportunidad para lograrlo.



coloqué mi mano izquierda bajo el maletín, y descuidada y lentamente alcancé su pierna derecha, justo en el sitio donde la falda daba paso a las medias, cerca de sus redondas y bellas rodillas



tenía su cartera sobre parte del regazo,….y su aroma…aroma de mujer, esencia femenina de su pelo, perfume maravilloso entre sus ropas, muy cercana a mí, cercana a mis deseos…!



ya me había olvidado de mi dirección…al diablo con mi empleo! y al diablo con la gente alrededor!



sólo existía para mí ese pequeño universo de dos entre la ventana y el pasillo de este cacharro ruidoso y zigzagueante…



alcancé su pierna y apoyé mi mano, lenta y cuidadosamente…y esperé…



ninguna reacción…seguí poco a poco hasta que mi mano descansó sin tapujos sobre su pierna y evidentemente, ella estuvo de acuerdo.



en esos segundos, mi respiración estaba al máximo, concentrado totalmente en los centímetros que pude ir conquistando y en la reacción que pudiera provocarle.



ahora, sí, supe que definitivamente le gustaba! sólo debía ser cuidadoso ante la vista de los pasajeros, tanto por ella como por algún mirón entrometido.



fui subiendo mi mano lentamente sobre la falda,,,sintiendo al tacto la suavidad del paño y logré abarcar la pierna por completo, apretándola cada vez más fuerte a medida que el lento ascenso lo iba permitiendo.



algo vino en mi favor….la cartera que mi ocasional compañera llevaba en su regazo, se levantó imperceptiblemente para dar paso libre a mi mano, y esta animada por la complicidad, llegó al punto en que la falda, tensa marcaba el final de mi camino.



varios pasajeros pasaron inadvertidos, alguno se quedó unos minutos y aún hoy pienso que alguno pudo haber detectado nuestra situación.



no nos mirábamos la cara, no nos dirigíamos la palabra.cualquier palabra hubiese roto el hechizo…



el autobús prosiguió su camino, las chicas del colegio buscaron la salida, mirando hacia nosotros y luego se bajaron cuchicheando y riéndose ruidosamente…



mi miembro palpitaba entre mis pantalones, sorprendido, emocionado y completamente endurecido!y mi mano continuaba entre sus piernas…gozosa, apretando…



moví un poco el maletín, para dejarlo libre de presión y procurarle a mi vecina una visión de las subidas y bajadas de mi polla entrecortadas y espasmódicas….



al sentir el movimiento del maletín, su mirada bajó rápida hacia mi entrepierna y lo que vió le gustó…otra sonrisa disimulada y complaciente me colocó al borde de la eyaculación.



sólo en pensar en esta situación un poco forzada, excitante y diferente, me puso al máximo y cada vez que lo recuerdo, tiene la virtud de emocionarme.



mi mano buscó la unión entre sus piernas, apretando forzadamente la estirada tela y haciéndose un espacio por encima de la falda.



hay un espacio un poco curvo bajo el estómago que es una delicia en las mujeres.al estar sentadas parte de ese espacio es vertical y hacia allí enfilé mi expectante mano…



lo recorri muy lentamente, demasiado lentamente, con la yema de mi dedo anular explorando milímetro a milímetro y los demás dedos acompañando cuidadosamente la exploración…



qué delicia! qué maravillosa sensación, la ilusión de lo prohibido, de lo oculto, de lo diferente!



llegué nuevamente al vértice y nuevamente profundicé hasta sentir, qué maravilla! que sus piernas se abrían un poco para permitir el avance más profundo!



y sentí por sobre la falda, sobre sus bragas, lo erecto de su clítoris…sin disimulo ya, y con demasiada emoción, mi dedo presionó, subió y bajó y luego mi mano volvió a recorrer los alrededores….



sentí un abrigo caliente y excitante para mi mano… y escuché un suspiro entrecortado, un movimiento ràpido de su cartera y un cerrar intempestivo de sus piernas.



no podía ser!!! me quise morir…lo había echado a perder….



se levantó, acomodándose el pelo, se alisó la falda y pasando frente a mí…buscó la puerta, no sin antes dirigirme una abierta e invitante sonrisa.



no hubo palabras, solo una sonrisa y supe que debía seguirla, que de alguna manera, debía continuar lo comenzado.



la alcancé luego de la parada, repitió la sonrisa y me coloqué a su lado.



era mayor que yo, más experimentada y tal vez, más decidida…aunque puedo decir que estos rasgos de iniciativa que pude tener eran los primeros y el preámbulo de una serie de intentos que luego enriquecieron mi vida subterranéa de cazador al umbral de los veintitantos años que poseo.



me miró, divertida..me esperaba,,,



me agarró por el brazo y sin mediar palabra, me señaló la sala de cine donde, en jornada continua, pasaban entonces dos películas, una detrás de la otra sin horario, sin encender la luz, con entradas y salidas de personas en cualquier momento y , algo curioso, pagó las dos entradas….



no le gustaba hablar mucho, es verdad, y poco tiempo hubo para hablar…



tal vez así el momento fue mejor…lo recuerdo completo y maravilloso en mi memoria aunque no han pasado muchos años, marcaba el comienzo de mis veintes…y el comienzo de mi exploraciópn de lo desconocido, de lo prohibido…



me condujo hacia un rincón detrás….la sala estaba muy poco concurrida tal vez algunos desocupados a esta hora del día, tal vez cinéfilos irredentos y perseverantes, y claro está….las películas nunca llegaron a encajar en mi esponjosa memoria.



pudieron ser de vaqueros y de romanos, una combinación muy en moda…pudieron ser de gángsters y de guerra, no recuerdo…



sólo recuerdo su aroma, su femenino perfume, sus suspiros ahora no disimulados…



escogió para mí el asiento cerca de la pared y me quitó el maletín, al cual colocó junto a su cartera en otro asiento…



y luego, sin previo aviso, con desesperada determinación, dirigió sus manos a mi entrepierna, bajándome el cierre y tomando entre sus dedos mi caliente miembro, duro, emocionado, y lo apretó gozosa, acariciándolo como nadie hasta entonces lo había hecho, con esmero, con cariño, con placer, bajando mis interiores hasta el extremo permitido, acariciando además mi pelo, despeinándome completamente mientras pegaba su boca a la mía, su lengua recorría el espacio cerca de la mía entrando y saliendo y sus manos exploraban en la oscuridad del cine todo lo explorable, ya sin disimulo, con abierta ansiedad y encendido deseo.



mi estupefacción dio paso a un placer hasta entonces nunca experimentado…me sentí en la gloria, transportado a un éxtasis maravilloso, con un gusto para mi desconocido…



su mano agarró una de las mías y la llevó a su falda….



pude desabrocharla con su ayuda, bajarla un poco, todo esto mientras ella sostenía mi miembro turnándose las manos, y llegar hasta sus bragas, bajarlas lentamente, penosamente por lo difícil de la posición y…allí encontré por fin su caliente y húmeda entrepierna, recorrí ahora sin obstáculos su alrededor, solazándome con cada milímetro explorado, exquisitamente, deliciosamente conquistado.



no sé cuánto tiempo pudo haber pasado..sólo sé que no estaba allí…mi mente volaba sin pensar, dándole paso a las increíbles sensaciones, todas nuevas para mí…



nunca había vivido algo semejante, aunque había hecho el amor ya muchas veces, de diferentes formas…pero el gusto por lo diferente, hasta ahora se hacía presente en mi vida…y marcó el comienzo de una sucesión de experiencias, que aun busco y espero continuar.



metí mis dedos en su caliente raja, subí, bajé exploré a mis anchas, apreté, masajeé, mojé mi mano casi por completo y sentí su olor…su fino aroma…el gusto de su sexo…qué éxtasis..qué sensación..



y sus tetas, lo mejor, lo más protuberante,,,como pude subí el apretado sueter, desabroché el sujetador , medio de lado en incómoda postura y..sentí entre mis manos su caliente carne…



qué ricas y sabrosas tetas…nunca había mamado tan sabrosas tetas, y menos en un sitio oscuro y público..



con qué ansias absorbí sus pezones, apreté mis labios sobre ellas, las introduje desesperadamente todo lo posible entre mi boca, cerré mis manos a su alrededor, sintiendo la carne amoldarse a ellas, caliente, acogedora y femenina!



qué tetas tan jugosas…



parecíamos dos contendores en una lucha desesperada y prohibida!



pude eyacular gozosamente en sus manos, mientras su lengua y su boca absorbían las mías, mientras apretaba sus ricuras delanteras con determinada manipulación, mientras subía a sus tetas y bajaba a la humedad de su raja, alternativamente, largamente, con el mundo oscuro y silencioso del cine para los dos…



y pude además, volver a sentir mi miembro erecto, mojado, empapado, gelatinoso entre sus manos, entre sus cariñosas y delicadas manos, manos ansiosas, respiración entrecortada, suspiros espasmódicos, placer intenso y nuevo, placer que aún no nos saciaba, delicia de lo prohibido.



y volví a su raja y a sus tetas..ella lo quería…y para eso me tenía…



tal vez horas pasaron..horas deliciosas…sé que guiado por sus manos y luego, qué maravillosa sensación!.. por su boca…sentí bajar completamente la reserva de mi caliente leche varias veces más.



mi miembro se endurecía mejor que nunca…algo maravilloso, estaba sorprendido…



el olor que se sentía era totalmente definible…estábamos bastante solos en lo último del cine, y aunque hubiera habido gente, no nos hubiera importado…



no era nada del otro mundo en sexo…pero de alguna manera, fue indescriptible…dejé con ella toda mi inexperiencia, sentí placer, placer renovado varias veces, fui llevado al extremo de mis sensaciones creo que daría muchas cosas por volver a esos momentos..solo a esos momentos con una mujer desconocida, en un sitio oscuro y concurrido, sin ninguna premeditación y sin presentación alguna de mi parte.



el preámbulo de mi actual obsesión….cazador de sensaciones..



al encenderse por fin la luz, luego de dos veces las películas, pudimos vernos despeinados, agitados, asustados, nerviosos, pero completamente emocionados..complacidos!



sacó una toallita de su bolso, me secó, se vistió, peinó y acomodó…



sacó además un frasquito de perfume y volvió a ser la seria y circunspecta dama que viajaba en el autobús.



su actitud no me dio pié para más nada…



ya estaba satisfecha…me sonrió, me entregó el maletín y se dirigió a la salida.



nunca sabré su nombre y tal vez nunca la veré.y donde esté, le guardaré emocionado agradecimiento…tal vez nunca sabrá en qué forma influyó en mi vida…



amé cada segundo junto a ella, admiré su entrega cariñosa y en ese solitario cine mi vida se detuvo ..el tiempo se detuvo y nada más que ella y yo nos encontramos…..



la dura realidad me golpeó la cara al salir despeinado, mojados los pantalones a la realidad de la calle, a la luz cegadora y deslumbrante , con mi corazón aún agitado y agradecido, y sobre todo con mi empleo en vilo….



no puedo menos que sonreír al recordar mi actuación frente a mi jefe y las disculpas premeditadas y concienzudamente planificadas que tuve que inventar…



lo cierto, es que aún trabajo allí y ahora, al terminar de brillar mis zapatos, me comeré las calles, subiré a muchos autobuses, entraré y saldré de muchos bancos , buscaré direcciones desconocidas , y más que todo, por encima de todo, buscaré otras experiencias, diferentes, prohibidas…al fin y al cabo soy…un cazador…cazador de sensaciones!